UNA GRAN DECEPCIÓN
Si; una gran decepción. Y no es que fuera por una causa imprevista, sino por la desidia, dejadez o, por qué no decirlo, por el PASOTISMO y la falta de compromiso que se aprecia en la mayoría de jugadores ante casi todo lo que organiza la Federación.
La temporada pasada, entre las dos ligas de libre y tres bandas, había 72 inscritos. Pues bien; de todos ellos, solamente 15 jugadores confirmaron la asistencia a la Gala del Billar, de ellos 7 de Avilés, que era dónde se organizaba. ¿Es eso algún tipo
de compromiso?
La Federación de Billar organiza estas Galas para homenajear a TODOS los equipos y jugadores participantes, no solamente a los ganadores. Los trofeos son lo de menos, aunque los había para todos. Lo importante es la participación, la confraternización y pasar un rato juntos. Pues bien, aún sabiendo todo esto, hubo varios equipos que no tenían ningún representante en el acto previsto. Y , salvo dos excepciones, nadie se excusó por no asistir.
Concurrir a estos eventos también debería ser un reconocimiento por parte de todos los jugadores a la labor desinteresada que ahora desempeña Rubén Estrada y, anteriormente, Javier García y demás presidentes. Ellos siempre estuvieron en las entregas de premios de todos y cada uno de los Campeonatos que celebramos en Asturias. Qué menos que corresponderles con una gran asistencia a estos actos que ellos, desinteresadamente, organizan para el bien del billar.
Un jugador de billar, entiendo yo, no solo es alguien que practica, con mayor o menor habilidad, este deporte, sino también alguien que sabe reconocer el trabajo en la sombra de otros, especialmente cuando gracias a ello se mantiene el dinamismo en un deporte que, de otro modo, estaría en agonía.
El fracaso de esta convocatoria de gala anual hace que frases como “La Gran Familia del Billar”, u otras, no sean más que palabrería hueca. Que el billar siga adelante es un asunto de todos. De otro modo poco futuro tiene. De ahí la profunda decepción de la que hablo. Y hasta que esto no se entienda, tal vez seamos una gran familia, pero completamente desperdigada, desavenida, y con un futuro bastante incierto.
Un saludo
José Ruiz González (jugador de billar)